El Descendimiento de Cristo
Para conocer los orígenes de este antiquísimo conjunto artístico (gótico-renacentista), hemos de remontarnos a 1694 y a la Cofradía Nuestra Señora de la Soledad y Santa Cruz en Jerusalén, con sede en el Convento de la Merced. En su interior se tiene primera constancia de la exposición de este paso, que es historia viva de nuestra ciudad y al que, desde entonces, los logroñeses llevan procesionando por sus calles. El autor de las tallas es desconocido, aunque se atribuyen a la escuela castellana.
Como vicisitudes históricas de este paso, se pueden destacar: la constancia gráfica existente de que en 1935 procesionó sin las tres figuras que ocupan el plano inferior del conjunto -la Virgen, San Juan y la Magdalena- que lo hicieron acompañando a un Cristo Crucificado hoy día expuesto en la concatedral de Santa María de la Redonda; la rotura general de varas que en el año 1957 se produjo durante la procesión del Santo Entierro y que impidió que el conjunto procesionara en 1958; o cómo, antes de su restauración, podían apreciarse en el Cristo evidentes marcas de abrasión producto de su continua exposición a las velas depositadas a sus pies en la capilla del antiguo Hospital de Logroño.
Se tiene constancia de sucesivas restauraciones del Descendimiento de Cristo; las más antiguas datadas en los años 1749 y 1775. Desde el año 2014, el paso del Descendimiento luce íntegramente restaurado.
Para contemplar el Cristo del Descendimiento debemos adentrarnos en una de las joyas arquitectónicas de la ciudad: la capilla de La Antigua (construcción inicial que dio lugar a la Imperial Iglesia de Santa María de Palacio; siglos XII-XIII).